Dado el creciente avance de las tecnologías al servicio de los distintos mercados, es que las herramientas de gestión ambiental han conseguido amplio protagonismo y posicionamiento en la industria.
Lo anterior cobra aún más relevancia si hablamos del compromiso y voluntad de mitigar los riesgos, así como las externalidades, que derivan de nuestra actividad y que pueden ir en detrimento de la calidad del medio ambiente.
Sustentabilidad = Gestión Ambiental
En la actualidad, la sustentabilidad es un concepto ampliamente utilizado en gestión ambiental.
El término promueve el cuidado de nuestro entorno para no comprometer el futuro de las próximas generaciones.
La gestión ambiental puede verse impulsada de muchas maneras, sin embargo es urgente implementar medidas efectivas que tiendan a controlar las emisiones de gases invernadero y la generación de residuos al medio ambiente.
Lo dicho, más que figurar como una declaración de intenciones, es hoy en día un deber regulado por las leyes, normas y reglamentos de nuestra legislación.
Ha sido prioritario generar mecanismos de asistencia al cumplimiento accesibles y facilitadores de soluciones integrales al alcance de todas las organizaciones, como lo son los paneles de control, tecnologías de abatimiento (filtro de partículas, planta de osmosis, entre otros), estaciones de monitoreo de la calidad del aire, sistemas de declaración gubernamental (RETC), sistemas de información ambiental y más.
Es tarea de todos promover el uso de las herramientas tecnológicas en materias de gestión y estrategias ambientales.
Iniciativa Propia
Si bien el cumplimiento legal es una premisa fundamental, muchas empresas han optado por desafiarse a sí mismas y mediar un sobrecumplimiento que involucra un esfuerzo adicional en metas autoimpuestas como la reducción en la generación de residuos (zero taste), transar emisiones de carbono (bonos de carbono) o implementar medidas de eficiencia energética en sus instalaciones a través de la utilización de energías renovables no convencionales (ERNC).
Esta brillante gestión puede verse amparada por certificaciones que avalan este tipo de prácticas y su continuidad como las Normas ISO 14001, ISO 50001, Empresas Sello B, Sello FSC, y muchos otros vinculados específicamente al aspecto e impacto ambiental que genere alguna perturbación en el medio o la comunidad.
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